durante todo el siglo XI la mitra consistió en un birrete cónico adornado con una simple cinta o galón alrededor de la frente, llamado círculus, pendiendo por detrás los extremos de la misma, llamados ínfulas, que son un símbolo de poder, de la consagración a la divinidad y su dedicación a la interpretación del Antiguo y el Nuevo Testamentos.
al comenzar el siglo XII se va redondeando la punta cónica y luego se hunde la mitra por la parte central formando a los lados sendas partes redondeadas que en muchos ejemplares terminan en punta y queda la mitra con puntas laterales, muy común en el siglo XII, llegando así hasta comienzos del siglo XIII. A partir del siglo XII, se adornan algunas mitras con bordados y pedrería según el estilo de cada época. También se ornamentan con bordados las cintas que penden por detrás de la mitra llamadas ínfulas, trascolos y fanones, que en la Edad Media llegaron a tener campanillas de oro suspendidas.
a finales de dicho siglo XII comienzan en algunos modelos a colocarse las puntas de la mitra por delante y por detrás, en vez de los lados y se adornan con un galón vertical o títulus, continuando como anteriormente tanto los círculus como las ínfulas.
tras seguir con la disposición anterior de mayor anchura que altura, en el siglo XIV adquiere mayor altura con el afilamiento de las puntas igualándose la altura y la anchura a finales del mismo.
la altura de la mitra sigue creciendo en los siglos siguientes hasta llegar a una altura casi el doble que la anchura en los siglos XVII y XVIII. En el siglo XVI se transforman las puntas angulares en arcos apuntados.
aunque existen mitras en diferentes colores litúrgicos, algunas antiguas, el color establecido normativamente es el blanco o el dorado.
En el ámbito católico la mitra es uno de los ornamentos propios del orden episcopal, y por tanto es usada en la mayoría de las celebraciones litúrgicas por los eclesiásticos investidos de tal orden. Excepcionalmente la tienen concedida aquellos eclesiásticos que, no siendo obispos, tienen derecho al uso de pontificales: cardenales no obispos, abades mitrados, dignidades capitulares, etcétera.
La mitra preciosa (en latín, mitra pretiosa) va adornada con bordados, en muchos casos con pedrería, y se usaba en los actos solemnes cuando no se especificaba otro tipo de mitra. Los prelados menores con usos de pontificales no podían usarla.
La mitra dorada (en latín, mitra auriphrygiata) no lleva bordados pero va cubierta de lama de oro, y se usaba en las pontificales celebradas durante el Adviento y la Cuaresma, en bendiciones no solemnes y en ciertas partes de la misa pontifical, alternando con la preciosa, como era el caso del sermón.
La mitra simple (en latín, mitra simplex) es una mitra blanca sin adorno ninguno, que se usaba en los funerales, en los oficios del Viernes Santo, y cuando el que la llevaba no era el oficiante principal de la ceremonia. La mitra simple de los cardenales en actos colegiados es de tela de damasco; la mitra simple del Papa va ribeteada por un galón dorado.
Tras la reforma litúrgica sucesiva al Concilio Vaticano II solo se diferencian dos tipos de mitra, la preciosa y la simple, habiendo quedado la dorada asimilada a la preciosa. No se contempla el uso simultáneo de dos mitras en la misma celebración.
La mitra preciosa se usa en todas las ocasiones en que no se exija la mitra simple.
La mitra simple se usa en los funerales y en la participación en celebraciones colegiales. La de los cardenales sigue siendo adamascada y el papa la sigue usando ribeteada en oro.
"La iglesia de Inglaterra defiende el uso de mitras simples y pobres así como báculos e incluso cálices de materiales Bastos como barro o algodón respectivamente"
"La Iglesia Católica apoya el uso de materiales valiosos y preciosos para elaborar mitras (de tal forma que pesen ) báculos y vasos sagrados..."
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